El diario "La Voz" del grupo Clarín, publicó un boletín de propaganda escrito por la corporación Monsanto y sin firma titulado: "Monsanto denunció agresiones físicas y verbales por parte de ambientalistas". El problema es que Clarín saca de contexto, omite, y jamás recuerda el aumento en las tasas de cáncer producido por Monsanto en Argentina, ni las miles de muertes de niños y bebes inocentes rociados con glifosato y otros agrotóxicos de esta corporación genocida repudiada en todo el planeta. Dicho sea de paso, Clarín tampoco informa sobre las marchas mundiales contra Monsanto. Ni sobre la contaminación transgénica cancerígena en la sangre de los argentinos.
Como BWN Argentina es un medio que responde a los intereses del pueblo argentino, y no a los intereses financieros y de eugenesia de Monsanto como si lo hace Clarín, nosotros publicamos la versión de la Universidad ARGENTINA del Litoral, ignorando el absurdo boletín de propaganda mentirosa y malintencionada de Monsanto.
Universidad del Litoral: El 5 de noviembre pasado, en la Universidad Nacional del Litoral, precisamente en la Facultad de Ingeniería Química, se produjeron manifestaciones a cargo de estudiantes, docentes y protectores ambientalistas a causa del acceso de la empresa Monsanto a esa institución para ofrecer puestos laborales, pasantías y becas. "Nos enteramos de que iban a estar en la facultad mediante un mail que se les envió a los alumnos de Ingeniería invitándolos a la charla, y es por eso que nosotros avisamos a los centros de estudiantes y agrupaciones de la UNL", detalló a APA Jesica Musuruana, estudiante de la Licenciatura en Biología en la UNL y activista socio – ambiental.
La charla de Monsanto estaba pactada para el martes 5 de noviembre a las 14 horas en una de las aulas de la Facultad de Ingeniería Química. Ante esto, los estudiantes comenzaron a organizarse y lograron para el mismo día, a las 13:30 horas, una charla en el Octógono, dentro de la misma facultad. En esa charla se abordaron temas puntuales como la relación Universidad- Empresas, el impacto ambiental, aspectos legales (en cuanto al patentamiento de semillas y la Ley fitosanitaria en Santa Fe) y las alternativas de producción. "En la charla participaron periodistas, Sofía Gatica de Las Madres de Ituzaingó, vino un hombre de la Asamblea de Islas Malvinas, personas que trabajan en huertas orgánicas, entre muchos otros" indicaba Jesica. Los alumnos y defensores del medio ambiente se levantaron también como agentes defensores de la Universidad Pública, que cada vez está más en riesgo por el acceso del monopolio Monsanto a esa institución.
Las razones por las cuales las personas se manifestaron en repudio del accionar de la Universidad y de Monsanto se basan en tres premisas:
* Una de ellas es que la UNL no reconoce la relación e incidencia directa entre el Glifosato y los perjuicios a la vida y salud del hombre, hecho en el que se evidencian los engranajes políticos y económicos entre estas dos instituciones. Este acuerdo deja sin protección y en desventaja a la población que más se ve afectada por las fumigaciones con Glifosato.
* La segunda premisa es la defensa del pequeño productor y de la población rural. En los monocultivos como la soja, los bosques, pastizales y bases de producción alimentaria se van perjudicando y las personas se ven en la obligación de migrar. El modelo de cultivo de soja implica el uso de un paquete biotecnológico compuesto por la semilla transgénica de soja (Roundup Ready) que incluye plaguicidas, básicamente herbicidas a base de Glifosato, y se utiliza la técnica de siembra directa. Se necesita tecnología poderosa, maquinarias e insumos muy costosos, por lo que la soja es rentable solamente a gran escala, y el pequeño productor desaparece.
* La tercera arista es la soberanía alimentaria. Monsanto se apropia mediante patentes del desarrollo de semillas que son el fruto del trabajo del campesino y del indígena. Con las patentes, la producción de alimentos se concentra exclusivamente en una multinacional.
Tómala vos, dámela a mí, fuera Monsanto del país
Minutos después de comenzada la charla en el Octógono se daría inicio a la exposición de la empresa Monsanto. Sin embargo, los alumnos, en conjunto con algunos docentes, comenzaron a hacerse escuchar con cánticos y forcejeos para poder entrar al lugar donde se estaba dando la charla. Por el enorme ruido que producían las personas que estaban en contra del accionar de la Universidad y por el intenso clima de exaltación y bronca que tenían, se logró interrumpir la exposición. Sin embargo, no conforme con todo lo que estaba sucediendo, uno de los representantes de la empresa prosiguió hablando con los estudiantes que se encontraban en el aula, haciendo hincapié en los beneficios laborales y rentables que ofrecía la empresa a sus futuros ingresantes.
Finalmente los estudiantes y docentes que se manifestaban lograron paralizar el despliegue de ostentación y falsedades que se estaba produciendo y pudieron entrar al aula con cánticos que entonaban "Tómala vos, dámela a mí, fuera Monsanto del país". En ese momento todos los representantes de la empresa comenzaron a irse, y se los despidió con el grito sostenido de "asesinos, asesinos".
Nada muy lejos de la realidad vivida en la Universidad Nacional de Tucumán y su lazo con Minera La Alumbrera. La UNL es otra de las Universidades dentro del país que recibe los fondos de La Alumbrera, es decir, fuentes subsidiarias de financiamiento destinadas a la educación superior que provienen de una actividad que contamina el medio ambiente y perjudica la vida de miles de personas. Esos fondos y presupuestos, además, traen aparejadas más sospechas a causa de su poca transparencia y las irregularidades a la hora de ser exhibidos.
El vínculo de la Universidad con estas empresas implica una contradicción intrínseca a los postulados de las Universidades públicas, cuyos mayores presupuestos reivindican la defensa del medio ambiente, los recursos naturales y el modelo de desarrollo sustentable. Monsanto es un monopolio que ofrece pasantías, becas y puestos laborales a sus estudiantes y en convenio con la UNL, ésta recibe donaciones de la misma.
Es el momento de repensar, de debatir y de tomar conciencia. De comprender cómo y bajo qué condiciones se vive el presente, y qué nos depararía el futuro si se continúan reafirmando convenios perjudiciales a la población, bajo la vista impávida de las autoridades de las casas de altos estudios. Es el momento de tomar postura y defender la educación pública y sobre todo, la vida.
Mariana Santarelli
BWN Argentina
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